Un año más nos encontramos a las puertas de la Semana Santa. La misa del domingo de Ramos tiene para todos nosotros un valor entrañable. Cobra especial importancia la eucaristía de la familia, con la procesión y bendición de los Ramos.
Es una forma muy adecuada de comenzar esta semana de especial sentido religioso para todos nosotros. Precisamente nos encontramos con Jesús cuando entra en la ciudad santa de Jerusalén. Le acompañamos en este momento trascendental, al final de su vida, en las vísperas de los acontecimientos que van a marcar su existencia y la nuestra propia.
Es una invitación a que afrontemos estos días con una actitud adecuada que nos caracterice a quienes nos sentimos seguidores de su Vida y su Palabra. Durante este tiempo previo de la cuaresma hemos realizado un proceso de conversión junto a los creyentes de las comunidades hermanas de San Ignacio, Salesianos y El Carmen, con quienes celebraremos también la Vigilia Pascual, algo que nos alegra y nos enriquece.
El lema que ha estado este tiempo presente: “En el camino hacia la Pascua alumbre vuestra luz” sigue en parte vigente, pues deseamos de corazón se luz y sal para los vecinos de Barakaldo. La lectura reposada en los grupos de la Carta Pastoral de nuestros obispos sobre la crisis económica, la participación en el Gesto diocesano de solidaridad y los encuentros celebrativos nos ha ayudado a que hagamos lectura creyente de esta realidad sangrante de nuestro Pueblo, de lo que no nos podemos abstraer.
La Pascua está en continuidad vivencial con todo esto. Celebremos con espíritu renovado la Resurrección de Jesús, estemos aquí o entro lugar. ¡Felices Pascuas!
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